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Sistema Orbaneja, Burgos

El Sistema de Orbaneja

Lugar:  Orbaneja del Castillo, Burgos
Fecha:  Diciembre 2006
Coordina:  IB

 

Al Norte de Burgos se encuentra una interesante zona kárstica, aledaña al pueblo de Orbaneja del Castillo, y que comprende al menos cuatro cuevas, que posiblemente sirven para aliviar la captación de agua de la mesa que se encuentra al oeste de la N623. Se trata de una zona muy interesante en calizas y calizas dolomíticas del Coniaciense y del Turoniense Medio, que puede ser visitada en un par de días y que algunos grupos relacionan con el sistema situado más al norte, cerca de Bricia, conocida como Parameras de Lora, que termina con el impresionante corte del cañón del Ebro, a cuyo pie se encuentra el pueblo y paralelo al cual discurre la carretera en dirección a la antigua Merindad de Campoo.

Coincidiendo con una larga estancia del buzo mejicano Marciano Moreno, conocido de los foros españoles, planificamos un tour por algunas de nuestras cuevas. El plan inicial era poder dedicar varios días a la zona de Orbaneja y posteriormente a Ojo Guareña, pero el mal tiempo y el intenso frío, con temor a la nieve que podría afectar a las carreteras, limitaron nuestra visita a la primera zona.

Temprano por la mañana llegamos a Covanera a fin de realizar una corta inmersión en el primer sifón de Pozo Azul, en la que poder comprobar que los procedimientos funcionaban. Marciano está muy impresionado con la escarcha de primera hora y toma algunas fotos. No nos interesa tanto el recorrido en Pozo Azul sino como verificación de seguridad, por lo que planificamos una entrada muy limitada, marcándonos un máximo en metros, presión y tiempo.

En esta primera inmersión montamos los equipos y verificamos los voltajes de todas las baterías, que anotamos escrupulosamente. Disponíamos de cifras superiores a los 13,7 V en las linternas primarias y de más de 3,6 V en todas las de reserva y además, guardábamos varios juegos de baterías primarias para las inmersiones posteriores. Tanques de espalda y etapas habían sido cargados con Nitrox 32, aunque con temperaturas tan bajas el oxímetro nos marcaba esa mañana cifras inferiores a 30%.

Tras una corta inmersión de 12 minutos, en que avanzamos unos 80 mts, salimos comentando cómo realmente el protocolo funciona y es posible que varias personas que nunca han buceado juntas, puedan planificar rápidamente una inmersión y comunicarse con total fluidez bajo el agua, siguiendo procedimientos seguros. Sin desmontar los equipos condujimos unos kilómetros al Norte, hasta coger el desvío que lleva a Valderredible.









 

Orbaneja se presenta como un pueblo idílico, en que las cascadas de agua que manan del mismo casco urbano pasan bajo la carretera formando piscinas que se desbordan las unas sobre las otras. El paisaje es espectacular, pero la temperatura cercana a los cero grados nos devuelve a la realidad. En la zona se conocen tres cuevas, la más importante es la llamada CUEVA DEL AGUA, que se encuentra al S del monte Sobrio (307m) y que parte literalmente al pueblo en dos. A una altitud ligeramente superior a la primera, siguiendo la pared del cañón en dirección NE y a unos 500m, se encuentra la CUEVA DEL BARBANCHO que sirve de aliviadero a la anterior. Y directamente encima del cementerio, hay otra cueva seca conocida como CUEVA DEL NÍSPERO, de la que se conocen más de 2km de desarrollo en dirección N y que discurre superpuesta a la segunda.

Aunque vamos comentando que el camino lógico del agua invita a buscar el manantial más abajo, hemos de ascender por las empinadas callejas del pueblo hasta cruzarnos literalmente con la surgencia principal. Hay una reja que impide el acceso a la cueva, pero con más audacia que otra cosa, la saltamos y nos aventuramos en la parte seca, realizando el mismo proceso varias veces. El pueblo es celoso del buceo en la cueva por abastecerse de agua directamente del manantial, no obstante existir una comunicación clara con otras cuevas cercanas a las que el acceso es habitual. Nos habían contado episodios incómodos de otros buzos que fueron regañados por los vecinos, pero hace frío y no nos encontramos a nadie por la calle, por lo que recorremos el pueblo sin ocultar los equipos. Posiblemente si hubiéramos intentado llegar con el coche (cosa prohibida a los no residentes), hubiéramos llamado más la atención.

A la salida de la cueva hay una piscina que desborda sobre la pared y genera el arroyo. El día de nuestra visita el agua no sale por la boca de la cueva sino que se filtra bajo ella, por lo que el acceso es seco. Penetramos en la cueva, que está recorrida por un cable de iluminación que discurre por la pared derecha en todo el recorrido, posiblemente para realizar visitas, aunque el piso está embarrado, pudiendo llegar a estar inundado en primavera. Tenemos idea de que el caudal puede pasar de los 6 a los 600 lts/segundo, por lo que nos encontraríamos en una situación intermedia a principios del invierno, de menos de 100 lts/segundo.

Tras avanzar unos 60m, la cueva se bifurca en forma de "Y". El ramal derecho es más amplio y cómodo y tiene una sección más o menos circular. Avanzamos otros 50m aproximadamente por él, pero decidimos volver hasta la bifurcación donde hemos dejado parte del equipo como referencia. El ruido del agua es intenso y la atmósfera está impregnada de vapor, lo que hace imposible tomar fotos con equipos corrientes, que nos puedan ayudar en la topografía.

El ramal izquierdo es mucho más prometedor y aunque el paso es tortuoso, en seguida encontramos una grieta que hace de sumidero, por el que con toda seguridad sale el agua al exterior, bajo la entrada. Seguimos el pequeño pero caudaloso reguero, hasta encontrar la zona de inmersión. Esa grieta que hace de sumidero con poca carga, pudiera ser peligrosa durante el porteo con más caudal, pues no sería fácil de detectar y podría llegar a succionar el remolino que produce. Se encuentra en la zona central de la galería y a unos 20m de la bifurcación.

El acceso no es en absoluto cómodo, aunque nuestro objetivo no es más que una visita rápida. Hay dos sifones explorados hasta los 80 y 120m a los que se accede por medio de una bifurcación tras la zona de lagos. A la salida y tras un breve bocadillo, nos dirigimos sin equipo a la cercana CUEVA DEL BARBANCHO.









 

El acceso a la entrada se hace siguiendo una senda que discurre por la pared del cañón en dirección N y paralela a la pista de Hidroeléctrica que se encuentra unos 20m por encima de ella. Si se hace el acceso a pie, acordamos que para la próxima vez sería conveniente instalar un pasamanos que evitase una posible caída por la ladera. Si se hace en coche, podría descenderse el equipo desde la pista. La entrada se encuentra en el interior de una hondonada de unos 10m de profundidad que hemos visto en fotos totalmente inundada y desbordándose sobre el barranco, aunque como esta cueva actúa de aliviadero de la CUEVA DEL AGUA, no somos capaces de imaginar la carga que sería necesaria para ello. El día de nuestra visita, tres días antes de Navidad, la hondonada está cubierta de vegetación, tras la que se accede a una entrada en forma de labios de no más de 1,5m de altura, por la que entre rocas nos encontramos la laguna. La cueva avanza en fase semiaérea, ganando profundidad al llegar al muro que se ve desde la entrada, cayendo hasta los 3,5m de profundidad y avanzando unos diez metros para bifurcarse. Aunque el ramal más interesante es el derecho, en dirección NW, que da lugar a una sucesión de sifones, nuestro plan era prestar atención al izquierdo porque hemos llevado los bibotellas y eso haría muy penoso recorrer la sucesión de tramos aéreos del lado derecho; pero nos limitamos a "meter la cabeza", dejando para otra ocasión un recorrido completo de la cueva, quizá en disposición lateral. Hemos encontrado restos de un hilo monofilamento usado para equipar.

Nuestro plan maratoniano de la jornada incluía una visita a la CUEVA DEL NÍSPERO, que pretendíamos recorrer con los frontales hasta los lagos y sin intención de bucear. Sin embargo estamos ya cansados y decidimos aprovechar lo que queda del día buceando en el POZO DE SAN VICENTE (si bien buena culpa de este cambio de planes se debió a la tentación de calentarnos en el coche mientras conducíamos hasta Pesquera), aunque finalmente nos limitaremos a visitar el Pozo sin llegar a bucear debido a la caída de la noche. El día concluirá contabilizando tres cuevas y novecientos kilómetros.